sábado, 6 de agosto de 2016

Semillas


El inicio de toda relación es mágico, en la etapa del enamoramiento, todo lo vemos color de rosa y pensamos que la vida es bella y perfecta y que nada ni nadie puede empañar esa felicidad que sentimos en esos momentos, no es momento para pensar en los obstáculos que se van a presentar en el camino y como debemos enfrentarlos, porque sencillamente creemos ilusamente que no es nuestro caso, que a nosotros no nos va a pasar, nos sentimos felices y ajenos a todo conflicto.

Damos por sentado que la relación es perfecta y no hay nada que hacer para alimentarla, nutrirla y renovarla, olvidamos que la relación de pareja es como un jardín de flores, requiere dedicación, ser abonado, sembrar las semillas, regarlas diariamente y  quitar la maleza que pueda ahogarlas, La semilla, necesita espacio, luz del sol y hasta algunas fuertes lluvias que pongan a prueba sus raíces, para con el tiempo florecer y más que ni una turbulencia pueda matar sus raíces.

Para una relación es vital comunicarse diariamente para conocer cuales son los deseos, las dudas, los problemas y todo lo que se necesite compartir, mas allá de sus espacios individuales, la comunicación es parte de la amistad, la complicidad y la solidaridad en la pareja.

Pero también hay que demostrar amor ya que es el factor mas importante  en la pareja, de hecho sin amor sería imposible soportar las tempestades que casi siempre llegan sin avisar, puesto que gracias a el, es que resistimos el dolor que podemos sufrir en un momento determinado, el amor es el sentimiento que nos permite perdonar lo imperdonable, ponernos en los zapatos del otro para así poder ver las situaciones no solo desde nuestro punto de vista sino también desde el de nuestra pareja y buscar alternativas en lugar de venganza y reproche.

Cuando esto no se da el amor, al igual que las semillas muere.


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