martes, 23 de agosto de 2016

Día gris

Hay días que queremos mandar todo a freír espárragos, esos días de bajón, esos días grises que no nos dejan avanzar ni ver más allá del muro que hemos puesto.
Esos días en que lo único que queremos decir es: se acabo, hasta aquí llegue, y todo puede irse al carajo.
Pero ¿ya está?, ¿eso es lo que vas a hacer?, ¿rendirte?, ¿tirar la toalla?, ¿paralizar tu vida y tirar a la basura todo tu trabajo y tu esfuerzo?, ¿todo esto por un día gris?.
Después del día tonto y gris nos daremos cuenta que las lagrimas se han secado, que el dolor pasara, que hay cosas que ahora no entendemos pero en un futuro tendrán sentido, ya que las cosas en la vida nunca pasan porque sí, todo tiene su porque.
Lo único que hay que hacer es no rendirse, porque por más duras que sean las batallas la vida sigue, porque no habrá nada ni nadie que sea capaz de parar eso que tanto amas y quieres hacer.
Porque antes o después saldrás de esto.
Porque en algún momento el día gris se volverá color de rosa.
Recuerda Dios solo manda sus peores batallas a sus mejores guerreros para asegurarse de que puedan salir victoriosos.

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