Cada uno de nosotros forma parte de la vida de alguien más. Así como las personas que se tropiezan con nosotros a lo largo de nuestra experiencia vital van dejando huellas, van ocupando espacios y van escribiendo sus historias así mismo nosotros dejamos nuestra marca en aquellas personas que interactúan con nosotros.
Algunas de estas personas serán tan leves que apenas dejarán huellas, y otras serán tan profundas que no solo dejaran huellas si no que también nos arriesgamos a que puedan dejar cicatrices
Podemos hacer las cosas de una manera determinada o utilizar palabras o acciones que hieran a quienes han establecido un vínculo con nosotros
Solo nosotros somos responsables de lo que hacemos, tenemos herramientas de las cuales nos debemos valer con el fin de evitar hacerle daño a los demás.
Y si, todos cometemos errores, siempre habrá alguien que hayamos lastimado, alguien que haya derramado sus lágrimas esperando una acción nuestra, alguien a quien su confianza defraudamos, para evitarlo tenemos que actuar de forma consciente, debemos tratar de evaluar las consecuencias de nuestros actos, tratando en cada uno de ellos realizar el mayor bien posible para todos.
No tomes las cosas tan a la ligera, sobre todo si alcanza a varias personas, cada quien interpreta las cosas a su manera y quizás lo que para nosotros carece de sentido o no tiene relevancia alguna, para otra persona resulta trascendental.
Nunca subestimes a nadie y menos dudes de los efectos que has generado en otra persona, se noble ante todo, escucha cuando sea necesario, habla cuando sea oportuno y calla cuando lo consideres prudente
Pero sobre todo trata a los demás como te gustaría ser tratado y actúa siempre desde el corazón
Recuerda en la vida hay que ir dejando huellas, nunca cicatrices
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