lunes, 14 de noviembre de 2016

Sol

Lo más importante en la vida no es lo que nos ocurre, sino cómo reaccionamos.
Cuando sentimos en nuestro interior la fuerza, la capacidad y la confianza, no importa lo que ocurra, siempre estaremos dispuestos a dar la cara a lo que se presente y con la mejor actitud para sacar provecho de cada situación.

Cuando tenemos consciencia del regalo de la vida, es más fácil ver el lado positivo a las cosas, ver las cosas como en realidad son, sin agregar adjetivos o juicios, solo aceptando, todo lo que conforme una experiencia vital.

Si nuestra actitud es negativa y esperamos permanentemente condiciones externas para sentir felicidad, seremos totalmente vulnerables a los cambios de la vida, positivos o negativos, e irremediablemente estaremos altamente expuestos al sufrimiento.

Debemos recordar siempre que todo pasa, todo cambia y nada es permanente.
De qué nos sirve entristecernos por un día de lluvia, si sabemos que el cielo se pintará de azul en algún momento, ciertamente habrá días cargados de momentos de felicidad y otros donde nos cueste un poco más sonreír, pero no nos entristezcamos, incluso cuando haya momentos en los cuales nos cueste ser optimistas, debemos tomar consciencia de que ninguna emoción es permanente, nada es permanente.

Así que lleva el sol por dentro, para que no importe si afuera llueve.

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